martes, 19 de mayo de 2009

Y el dinosaurio no se queria ir


Y el dinosaurio se asoma sobre mi hombro, no se quiere ir, porque piensa que hay pan por rebanar, porque aun tiene curiosidad de saber si cometeré más errores, si por fin aprendí la lección, pues soy un tonto más en el mar de tontos que salpican baba en los zapatos de los iluminados. No se si se caga de risa, ¿de mi?, ¿de los demonios escondidos debajo de mi cama? Pero no se da cuenta que su propia extinción está próxima, porque es uno de los míos, está solo por siglos, buscando uno de su especie, y quedo varado debajo de mi sillón, simplemente porque pregunte en voz alta, si en verdad los dinosaurios estaban extintos...

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